jueves, 5 de marzo de 2009

ARQUITECTURA, INFORMATICA Y CIUDAD

La actual reconstrucción del panorama urbano, la misma que aparenta la destrucción del mismo, podría tener sus argumentos en la masificación del uso de las tecnologías.

Según nuestra idiosincrasia, en cuestión de derechos y ciudadanía, el Estado es un fantasma que pervive bajo gruesos muros de contención burocrática, candados, papeles y que gira y gira sin nunca ejecutar el sentido común.

La Internet es también un laberinto donde nada ocurre en realidad, sino que amenaza ocurrir, amenaza no suceder nunca.

Es así que el Estado al verse reflejado en la Internet, (en su funcionalidad y eficacia de la apariencia), reduce o minimiza la importancia de la realidad concreta, en este caso del tránsito real en la urbe.
El resultado: el patético desaprendizaje de la locomoción básica: caminar y desplazarse.
Además esta movilidad no es tan determinante cuando la tecnología opera a hipervelocidades, megatransferencias, telefonía móvil, protocolos, bloqueos, virus y hackers.

En nuestro caso urbanístico brilla esta contradicción:
la hipertecnología anula la movilidad.
Estado de por medio; ciudadanía partida por el medio.

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